por presumir de certero
un tirador atrevido
se encontro comprometido
en el lance que os refiero
y fue, que ante una caseta
de la feria del lugar
presumió de no fallar
ni un tiro con la escopeta
y el feriante alzando el gallo
un duro decidió pagarle
por cada acierto, y cobrarle
a tres pesetas el fallo
dieciséis veces tiró
el tirador afamado
al fin dijo despechado
por los tiros que fallo:
mala escopeta fue el cebo
y la causa de mi afrenta
pero ajustada la cuenta
ni me debes ni te debo
y todo el que atentamente
este relato siguió
podrá decir facilmente
cuantos tiros acerto!
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Es genial, y ademas mezclar la poesia con las matematicas.
ResponderEliminarpero lo que hay que intentar ahora es de resolverlo!
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